Cuando pensamos en innovación tal vez pensamos en productos o servicios que se salen del molde, tecnologías que lo pueden cambiar todo, pero la innovación va mucho más allá y es esencialmente un proceso que puede ayudar a las compañías a alcanzar nuevos mercados y a mejorar la experiencia de usuario. 

La innovación como estrategia

Mucho se habla de innovación en nuestras ideas: radical, disruptiva, incremental, entre otras. Y muchos son los ejemplos de su aplicación en nuestra vida cotidiana.

Pasamos de realizar llamadas marcando en un teléfono de disco a dar un comando de voz para llamar, de golpear la parte trasera de una botella de salsa de tomate, a los frascos que solo falta oprimir con algo de fuerza.

La innovación ha cambiado la forma de llevar los productos y servicios, de resolver una necesidad a transformar la experiencia de usuario. Por eso, de nuevo queremos compartir algunos puntos importantes que pueden ayudar desde la innovación a mejorar su estrategia de marketing.

• Centrada en el usuario: Una estrategia de marketing centrada en el usuario está más cerca de cumplir su objetivo. Es esencial pensar en el usuario que usa nuestro producto o servicio. ¿Cómo nuestro producto cubre sus necesidades? ¿Qué experiencia tienen con él?

Con el fin de lograr este objetivo, existen metodologías como el Customer Journey Map, que nos permite conocer mejor a nuestros usuarios, identificar sus puntos de dolor y, consecuentemente, generar campañas más efectivas para llegar a ellos.

• No se trata sólo de ideación: ¿Ha realizado sesiones de brainstorming que al final se quedan en notas post-it pegadas en las paredes? ¿Las ideas de su equipo de trabajo se han quedado solo como parte de las memorias de una reunión?

Es importante tener sesiones de ideación, en donde todos se puedan sentir libres de aportar y colocar cualquier idea por disruptiva o innecesaria que parezca, pero es aún más importantes materializar esas ideas, consolidar aquellas que se puedan transformar en un prototipo, hacer que éstas cobren vida.

• Prototipar rápido y barato es el secreto: tenemos miedo de fallar, pensamos en los costos, en el tiempo, en cuándo podremos obtener rápido ese ROI tan anhelado, la innovación nos permite fallar rápido y barato.

Un prototipo sencillo nos puede ayudar a saber qué expectativa tiene nuestro usuario. Desde el boceto más sencillo, hasta un modelo de cartón que podamos trabajar con nuestros usuarios, nos permite recibir retroalimentación valiosa y, por supuesto, apelando al potencial que tienen los datos, podemos establecer una mejor estrategia para alcanzar a quienes a nuestro público objetivo.

• Un Mínimo Producto Viable o MPV: incluso en el marketing, es clave establecer un MPV, aquel que nos permita pivotear y alcanzar los resultados que queremos, con una inversión relativamente pequeña de tiempo y dinero. La creación de un MPV, nos permite hacer mediaciones en línea, no tener que esperar períodos largos de tiempo por estadísticas que tardan, podemos tomar decisiones prontas, no basadas en corazonadas, sino en la realidad que vemos en el desarrollo de nuestro negocio.

La experiencia y los grandes fracasos de compañías famosas nos reafirman la necesidad de la innovación para mantenernos vigentes en el mercado. Estar a la vanguardia de las tendencias, tener siempre la mirada puesta en el usuario y prototipar de manera rápida, son acciones fundamentales para fortalecer la presencia de las marcas y sus productos en la mente de los consumidores.

Por eso, las estrategias de marketing necesitan estar alineadas con metodologías y prácticas de innovación. Porque no es suficiente tener ideas creativas, hay que desarrollarlas y llevarlas a la práctica con base en información confiable del mercado.

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